A puñaladas mataron a Chef
Domingo 2 de Junio
Tema: Sucesos
Prensa: El siglo/ Aragua
CRONICA
En
esas casas de dos plantas, aunque son bonitas, no se oye nada. Lo enorme que
pueden ser, y hasta lo cerrado puede ser peligroso y más cuando se tiene un
familiar con problemas de salud, no se enteran ni siquiera de cuando pasa una
mosca. Ocurre algo, y es como si no pasara para ellos, así que si necesita de
su ayuda en esos momentos de peligro, no se preocupe en molestar porque no
oyen. Pues que coincidencia, así mismo, sucedió la noche del viernes 31 de
mayo por allá en Caracas.
Unos
zapatos impecables que estaban colocados en la entrada, daban la bienvenida a
la vivienda, ubicada en el sector El Segundo Puente, frente al bloque 7 de Propatria, al oeste de
la ciudad. Alguien quiso que no se
ensuciaran, o, quizás dando señal que su
dueño estaría allí. Al pasar por la
entrada, el desorden era caótico. Artefactos, cojines, muebles regados y fuera
de su lugar llamaban la atención. Cualquiera pensaría que se trataba de un robo.
Más adentro de la casa, unas manchas de sangre destilaban por las paredes, como
si estuviesen llorando de tragedia y queriendo mostrar que allí pasaba algo. Al
adentrarse un poco más, uno de los cuartos
estaba chispeante de sangre, estaba teñido y no precisamente de pintura. Al
dirigirse hasta la sala también estaba repleta de aquella chorreante sangre.
Cada vez era más sorprendente las imágenes de aquella casa. Por último la cocina, y que sorpresa, también
tenía grandes salpicones rojizos, aun frescos y húmedos. En su mayoría todo estaba ensangrentado, en algunos rincones se hacía
más intenso que en otros, como si quien goteaba se paraba constantemente y
dejaba un rastro más o menos fuerte en cada esquina. Quien no maquinaria las
razones al ver tanta sangre fresca todavía. Alguien posiblemente estuvo
corriendo con una herida abierta, o quizás una resistencia indudable, o una
muerte trágica, delataba aquellas
paredes y rincones.
Unos pasos más adentro, daban vista a un
cadáver, que era de esperarse al ver tanta sangre. Desnudo, solo envuelto de
sangre y con pocas horas de haber fallecido.
Dos puñaladas revelaban por qué
tanta sangre en las paredes. Una en la cabeza y otra en el cuello le produjeron
la muerte a Carlos Delgado, de 47 años. Si señores, dos puñaladas, una en la
cabeza y otra en el cuello, son suficientes heridas para llenar una casa de
sangre. Delgado, un recién graduado de chef, que se dedicaba a preparar bocadillos para bodas,
graduaciones, y otros eventos sociales. Sin esposa, ni hijos, vivía solo, y con tiempo residenciado en la parte baja de
la casa número 9, ubicada en Propatria.
Mientras llenaba una planilla para
retirar el cadáver de la Dirección de Ciencias Forenses en Bello Monte, que
dicho sea parecía ser más agobiante que una renuncia laboral. Herlinda
Delgado relataba que su hermano solía
salir la noche de los viernes a realizar actividad social. Unos cuantos cuentos aseguraron que Delgado
estuvo la noche del viernes 1 de Junio en un comercio de actividad nocturna en
las cercanías del Metro Propatria haciendo quien sabe qué. Ya que no se conoce
específicamente que comercio.
El
hallazgo
La policía cercana al sector dijo que
“Carlos fue captado por una cámara de seguridad, cuando salía del local
nocturno con un hombre” comento Herlinda
en medio de la firma del retiro de su hermano. Siguió aclarando que tampoco
sabía la hora en que llego ni nada. No se conoce más nada, porque la otra hermana de Carlos quien reside en el otro nivel de la
casa no escucho nada. Aquí es donde es sorprendente la cosa. El pobre Delgado
fue asesinado, y la hermana ni cuenta se dio. Según Herlinda, la hermana tiene
problemas de salud, y horas antes se había tomado unas pastillas de esas para
relajarse y no escucho pasos, ruidos, ni el zumbido de un zancudo. Los
funcionaros del CICPC se presentaron el sábado a las 8 de la mañana en la
vivienda, para levantar el cadáver y hacer las investigaciones pertinentes.
Los funcionarios al ver las paredes
manchadas de sangre de inmediato presumieron que Delgado opuso resistencia, era
tan notorio, las paredes estaban teñidas de suficiente sangre como para llenar
unos cuantos potes. También sabían que el homicidio había ocurrido durante la
madrugada del sábado. Y sin olvidar, los zapatos colocados en la entrada de la
vivienda que resulto extraño para los familiares y funcionarios.
Los familiares de Carlos desconocían si se
trataba de un robo, o venganza, nadie sabía nada. Herlinda también dijo que a Delgado le faltaban unas pertenencias incluso
la ropa que llevaba esa noche. Pero no
se sabe si la ropa fue robada o se la habían botado para no dejar más manchas
de sangre de las que habían dejado, ya
que no había carencia de artefactos u otras pertenencias de la casa.
Nadie supo, ni sabe, más que las
paredes y los rincones que presenciaron el terrible homicidio. Lo que si se
tiene en claro, es que ese hombre con quien llego Carlos es sospechoso. ¿Fue o no el hombre misterioso?, quien sabe, ni ruidos, ni forcejeo se oyeron frente al
bloque 7.
Adayris Castillo
Publicar un comentario