Campesino, campesino

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La gran aurora explotada incandescente en sus grandes y negros ojos, los labios tornaban hacia el cielo como especie de luna tallada a la perfección, la figura era reflejo de aquel cielo, que parecía admirar lo real que era.
-¿Te marchas?
-No-
No te marches, deja seguir admirando la dulzura de los pétalos de tus labios y la fresca sonrisa que se dibuja en tu rostro.
-Pero, ¿Quieres dejarme aquí?
-Para toda la vida si así lo quisieses-
No hay destello sin estrella, no hay sembradío sin rocío, no hay aurora sin ojos, no hay vida sin tu vida, ¿es que debo rogarte?, quédate un poco mas, déjame admirar los reflejos mas escondidos de tu silueta, permitidme dibujar un recuerdo de tu cabellera, de tus fragancias, de plasmar en lienzo su regazo, y dejar que la aurora pase con los vaivén de su presencia.

Así, así enamoraba el campesino a la dulce doncella...♥