¿Cobro sin deber?

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De cuatro disparos mataron a adolescente frente a liceo
En Palo Negro
Fecha Martes 28 de mayo de 2013 | 19:55:00

Tema Sucesos
Prensa: el siglo




CRÓNICA



Santa Ana de Palo Negro municipio Libertador, es un sector tranquilo, ni una mosca ventila por esas calles, aseguran los vecinos que solo hay ruido por las tardes de vez en cuando, y eso si sacan a los muchachos a echar carreras un rato. La mayoría de los que habitan en el sector se conocen, y saben quién pasa  por esas calles, quien las ensucia y hasta conocen de aquellos que andan en malos pasos y aquellos que no, como toda comunidad nunca falta quien se entere de la vida ajena.

Richard Alexander Puente Utrera de 16 años, un liceísta que cursaba el 4to año en el Liceo Bolivariano Trino Celis Rios ubicado en el mismo sector, pasaba a diario por esas calles. Aquellos que lo habían visto sabían que era un estudiante que corría para llegar a quien sabe dónde, otros se preguntaban con imprudencia  -¿A dónde ira que anda tan apurado?-  Los vecinos estaban acostumbrados a verlo siempre con la camisa por fuera, despeinado, un bolso que ya no daba más vida, y el paso apresurado que nunca le faltaba cada tarde.

El lunes 28 de mayo todo parecía estar normal por el sector, la mañana transcurrió tranquilamente sin ninguna novedad, con diferencia que se adentraba las 12:00 del mediodía  y las calles quedaban solas. Utrera como de costumbre, salió del liceo justo a tiempo, directo a su hogar en la calle 19 del sector La Croquera,  y por la forma en que salió, seguramente iba con mucha hambre que ni de los compañeros se despidió. Mientras el joven caminaba apresuradamente, no se había percatado que cuatro sujetos lo estaban persiguiendo. A los pocos minutos de caminar una distancia no tan amplia, Utrera fue rodeado por dichos sujetos y que sorpresa la del joven al ver los personajes uniformados con la insignia de la misma institución.

Como respuesta rápida,  el adolescente intento escapar de la emboscada que le tenían corriendo aún más rápido, quienes lo habían visto caminar, sabían que el muchacho siempre andaba como corre caminos, no dejaba ni las huellas. Los vecinos asomados por las ventanas apreciaron el forcejeo, y la huida que echo el muchacho al verse rodeado de una posible tragedia. ¡Corre chamo! ¡Corre!, dirían entre labios los mirones, que no salieron más que los ojos por las ventanas para curiosear.  A pesar de emprender una huida casi imposible de alcanzar, uno de los zagaletones logro llegar hasta el infortunado liceísta, propinando 4 disparos en el pecho dejándolo tendido.


Misión cumplida de los delincuentes, se dieron a la fuga al momento que se escucharon las detonaciones sin dejar siquiera la sombra. Y como delincuente huido vecinos afuera, salieron auxiliar al pobre Richard que yacía en el pavimento minutos más tarde del terrible acontecimiento. El joven fue trasladado al Seguro Social de La Ovallera todavía con vida, aparentemente el muchacho iba luchando por vivir ante semejante hecho. Como era de esperarse, el muchacho mal herido fue trasladado al Hospital Central de Maracay, donde falleció en horas de la tarde del mismo lunes.

En refranes populares “Si te vi, ni me acuerdo”, dichos personajes cumplieron el refrán al cegar la vida de Richard Alexander Puente Utrera de 16 años, sin poder aclarar el asunto. Pero como todo no es perfecto, la policía aragüeña logro detener a un estudiante que agredió a Utrera y se presume que es estudiante del mismo liceo donde  el infortunado estudiaba. 

Como cosa rara, la muerte cobro la vida de un joven que;  aseguran familiares era un buen 
muchacho, sin problema alguno, y que no tenía enemigos. Por parte de los vecinos sabían que Richard concurría esas calles pero de forma muy veloz, cosa extraña ante el ojo crítico de quienes lo habían visto.  Los familiares dando fe del buen Richard, exigieron a las autoridades hacer las investigaciones pertinentes para dar con el paradero de los delincuentes y aclarar las dudas de dicho homicidio, y hacer pagar a los culpables. Aunque se desconocen las razones  del homicidio, la muerte no perdona a nadie, deba o no.
  



Adayris Castillo